Pau Domingo
Hay personas que no entrenan solo para ganar partidos, sino para formar seres humanos. Que entienden que el baloncesto de base no es un trampolín hacia la élite, sino un espacio donde se aprende a convivir, a respetar y a descubrir quién eres cuando el marcador aprieta.
Nuestro invitado ha levantado la voz con una claridad poco habitual en el deporte formativo. En su carta abierta, cuestiona hacia dónde estamos llevando el baloncesto de base, señalando los riesgos de convertir la formación en un producto y a los niños en promesas que deben rendir. Su mensaje no es de crítica vacía, sino de compromiso: recuperar la esencia del juego como herramienta educativa.
Su pensamiento va más allá de la pista. Habla de pedagogía, de valores, de responsabilidad compartida entre entrenadores, familias y clubes. En su mirada hay una convicción profunda: que entrenar es acompañar, y que detrás de cada jugada hay una oportunidad para enseñar algo más importante que una táctica.
Desde su labor como coordinador en el Claret, impulsa una manera de entender el deporte donde el crecimiento personal pesa tanto como el técnico. Su trabajo cotidiano refleja coherencia con sus palabras: formar personas competentes, críticas y felices a través del baloncesto.
Hoy, con todos nosotros, Pau Domingo.