No se puede juzgar por las intenciones
Cuando uno está en búsqueda activa y se da cuenta que los salarios son cada vez más ajustados, que los beneficios son escasos y que las ayudas a las familias y personas con dificultades van desde nada a cero, uno empieza a plantearse el estado de bienestar que hemos construido y si realmente tiene algún criterio de eficacia y eficiencia.
Esta sensación se incrementa cuando con todo lo que está cayendo en nuestro país, la frase que más escucho no es “es que los otros son peores” sino que lo importante es que hay ideologías que son superiores éticamente a otras, y por tanto, todos los que defienden y votan por esa ideología son inherentemente mejores personas que el resto.
Yo tengo la teoría de que las ideologías nacen con el concepto de mejorar la vida de las personas y dar un marco conceptual para que esto ocurra, luego la realidad da o quita razones. Pero el como trabajas el power point y lo bonito que es no tiene nada que ver con su utilidad final.
Ahora imaginar que os digo que yo quiero acabar con la pobreza en el tercer mundo, y consigo dinero -básicamente subvenciones- del estado, ayuntamientos y comunidades autónomas.. No son las personas que trabajan de sol a sol, y que he comentado anteriormente, sufren para llegar a fin de mes, ven como el precio de la cesta de la compra es cada vez más alto, y que sufren una inseguridad cada vez mayor en sus calles, a estas personas les quito casi un cincuenta por ciento de todos sus ingresos (entre impuestos directos, indirectos, tasas y demás) para crear una campaña de comunicación afirmando que acabaremos con el hambre de los niños, y que para eso, quitaremos diez euros a cada persona y lo destinaremos a un proyecto que será fantástico. Más o menos, se invertirán unos cincuenta millones de euros al mes, seiscientos al año.
De todo este importe un porcentaje va a PR y publicidad. Estamos de acuerdo que la idea que un niño se muera de hambre es poderosa y pocos se atreverán a llevar la contraria, ¿quien en su sano juicio quiere que un niño muera de hambre?. Y si intentas demostrar que la idea no es factible, que es un derroche de dinero, a base de medios propios, medios comprados (sobretodo comprados), todo aquel que intente argumentar que aunque la idea es noble, el proyecto no tiene sentido, sufrirá en sus carnes un acoso mediático y una ristra de insultos, vejaciones y depende como, su fuente de ingresos -esto si lo hacen muy bien los activistas- con lo que o tienes unos valores éticos muy sólidos que lo normal es apechugar con la nueva subida de impuestos y adaptarte a tener menos dinero.
Todo este proyecto, que nos han vendido no solo una vez sino de forma reiterativa, no alcanza sus objetivos. Lo normal es ver que ha pasado, corregirlo, e intentar mejorarlo o cancelarlo. Pero claro, seiscientos millones al año dan de comer a muchas bocas, y tu trabajo depende de que esto no se cancele, con lo que vuelves a gastarte otro pastizal en PR para que la gente sepa que el proyecto es bueno conceptualmente, pero que falta más dinero para hacerlo factible. Los de PR son muy bueno,s los medios propios más, y los comprados son unos profesionales que venderían a sus ancestros por un puñado de dólares. Dicho y echo, ahora doblan la apuesta.
¿Adivina? Sigue sin funcionar, pero por suerte para los que pagan y para desgracia de los que se han apuntado al carro para vivir de no hacer nada, aparecen los registros financieros, quién cobra y quién no, donde va el dinero, donde desaparece y al final, cuanto llega al destino y vemos que solo el 5% llega a destino y es exclusivamente para comprar productos de la empresa de alguien muy cercano al partido en el poder.
Lo que me enerva es que con este contexto, la respuesta no es enviarlos a juicio y que si son culpables estén a base de trabajos forzados hasta que devuelvan todo el dinero. La respuesta de todos los enganchados a la yugular financiera de los que pagamos impuestos es: “Pero el objetivo era bueno, acabar con el hambre” y por eso, por que la idea era buena no podemos criticarles.
Y es aquí cuando uno se quiere bajar de la sociedad. Todo se ha de evaluar en función de resultados, pero nos inyectamos ideología como si fuera nicotina y si esto no fuera suficiente, tenemos a medios que viven a base de campañas pagadas por fondos públicos que insisten en desvirtuar los escándalos a base de patrañas que no resistirían un análisis medianamente crítico.
Realmente estoy ya muy indignado con tanto forofo, y no me refiero al votante medio, que la final el paga con sus impuestos o con irse al paro, la estupidez que haya escogido meter en la papeleta, sino a esa constelación de vividores de lo público, e incluyo a las patronales, sindicatos y demás feriantes disfrazados de ONGs que sin mejorar la humanidad, poco a poco nos chupan un poco más mientras sonríen y dicen: es que somos los buenos. De mientas tu no tienes ayudas para tus hijos, los colegios más caros, la cesta de la compra por las nubes, la energía ni te cuento, pedir cita para el médico es un subgénero de la ciencia ficción y sin embargo, te cuentan que estamos mejor que nunca. Alguien miente, pero te aseguro que mi nevera esta cada vez más vacía, y eso es un dato incontestable.