Menudo año que hemos pasado
Este año ha sido una auténtica montaña rusa. Empecé 2025 con ilusión, ganas y muchos planes para el podcast Tatxe, convencido de que podíamos dar un paso más allá. No tanto en tecnología, ni en grandes inversiones, sino en lo más valioso que tenemos en el deporte de formación: el conocimiento compartido.
Quería que el programa creciera, no solo como podcast, sino como espacio de formación para clubes, entrenadores, familias y jugadores. Me matriculé en cursos, me preparé para poder aportar más y mejor. Tenía claro que quería construir algo útil para la comunidad del baloncesto de base.
Mientras tanto, compaginaba este proyecto con mi trabajo como responsable de marketing, un puesto exigente, pero que me permitía organizarme y reservar tiempo para crear cada episodio, hablar con invitados, editar, investigar y aprender. Era duro, pero equilibrado. Pero como tantas veces pasa en la vida, todo cambió de golpe. Me quedé en paro. Desde entonces, han sido meses de búsqueda activa, de enviar candidaturas, de entrevistas, de dudas… y también de replantearme muchas cosas.
De golpe, ese tiempo que antes dedicaba al podcast pasó a estar completamente absorbido por la necesidad de rehacerme profesionalmente. Y no os mentiré: me planteé cerrar Tatxe.
Pensé que, quizá, era momento de parar del todo. Que tal vez tenía que centrarme exclusivamente en encontrar trabajo y guardar energías. El podcast no genera ingresos, requiere muchas horas y, siendo sinceros, no siempre es fácil seguir empujando cuando las prioridades cambian.
Pero cada vez que me acercaba a esa decisión… algo me lo impedía. Porque Tatxe no es solo un podcast. Es un proyecto que me ilusiona, que me conecta con personas extraordinarias, que me permite aprender con cada entrevista, y que, en estos meses más complicados, me ha dado una razón para seguir.
Gracias a este deporte —y lo digo con la mayor sinceridad— he podido conservar no solo la energía, sino también la ilusión.
Y eso no tiene precio.
Por eso, aunque tenga que renunciar a parte de lo que quería hacer este año —más formación, más estructura, más contenidos paralelos— Tatxe sigue.
Pararemos hasta septiembre para tomar aire, para reconectar y para preparar lo que viene. Pero seguimos. Con el corazón puesto en cada minuto de audio y con la certeza de que esto vale la pena.
Además, volvemos fuerte: en septiembre, abrimos la nueva temporada con una entrevista a Ramón Reigada, entrenador del Lima-Horta en Liga Challenge. Y he descubierto que tiene como compañero a alguien a quien respeto mucho y me hace especial ilusión mencionar: Leandro Nahmanovici.
Y no acaba ahí. En cola tenemos episodios con Lucas Mondelo, Fabián Téllez y otros nombres que admiro y que tienen mucho que aportar al baloncesto de formación.
Lo digo siempre: cada entrevista es una clase. Aprendo más escuchando a un entrenador con 30 años de pista que en muchos cursos. Escuchar cómo gestionan, cómo transmiten, cómo fallan, cómo aprenden… me recuerda por qué hacemos esto.
Y si algo tengo claro es que el baloncesto es escuela de vida. Nos enseña a trabajar en equipo, a gestionar el error, a superar la frustración, a construir desde abajo. Y eso, sinceramente, necesitamos defenderlo más que nunca.
En estos meses de silencio, he recibido mensajes de oyentes, de entrenadores, de familias que valoran lo que intentamos hacer con Tatxe. Y eso me ha dado fuerzas para seguir. Porque sí, a veces lo más sencillo sería apagarlo todo, pero lo más valiente —y lo más bonito— es seguir cuando parece que no hay luz.
Como dice esa frase: “Antes de que salga la luz, es cuando es más oscuro”.
Por eso, solo me queda agradeceros a todos los que estáis al otro lado. Los que escucháis, los que compartís, los que escribís. Los que sabéis que este proyecto no es solo mío, es nuestro.
Y si tú, que estás leyendo esto, crees que tienes algo que contar —una experiencia, una reflexión, una historia desde la base del baloncesto— escríbeme. De verdad.
Montamos un episodio juntos. Porque en Tatxe cabemos todos: los que ganan campeonatos, los que entrenan en canchas medio rotas, los que empiezan y los que llevan una vida entera formando personas a través de un balón.
Nos vemos en septiembre. Con menos recursos, quizá, pero con más ganas que nunca.
Gracias por seguir ahí.
Tatxe no se apaga. Solo toma aire.