Juanvi Blázquez
Hoy nos acercamos a un profesional de la psicología para entender un poco más a esos niños con TDA, TDH y TEA.
El baloncesto de formación va mucho más allá de enseñar a botar, pasar o tirar. Es, en esencia, una oportunidad para formar personas, para acompañarlas en su desarrollo, y para entender que cada jugador, cada jugadora, es un mundo con necesidades, ritmos y capacidades distintas. Y es ahí donde el deporte se convierte en una herramienta real de transformación.
En este episodio, nos detenemos en una realidad que, aunque cada vez más visible, sigue siendo compleja y muchas veces mal entendida: hablamos del TEA, el TDA y el TDH. Tres realidades distintas, con matices que las diferencian, pero también con puntos en común. Antes de hablar de gestión, de acompañamiento o de entrenamientos, necesitamos comprender bien de qué estamos hablando.
La gestión de niños y niñas con estos perfiles requiere algo más que voluntad: requiere formación, empatía y una mirada flexible. Porque no hay un único patrón de conducta, ni una única forma de intervenir. La clave está en adaptar, observar y responder de forma individualizada, desde el conocimiento y desde el respeto.
Hoy nos acompaña alguien que une el conocimiento académico con la experiencia práctica. Ha desarrollado su labor docente en programas de posgrado sobre neurorrehabilitación y conducta escolar en universidades como la Pablo de Olavide, la Internacional de Valencia y la Universidad de Valencia, donde también es profesor asociado. Además, ha participado en numerosos proyectos formativos privados, y todo esto sin dejar de lado su otra gran pasión: entrenar.
Hoy, con todos nosotros, Juanvi Blázquez.