Ansiedad
La ansiedad no es lo que decía Antonio Machin[1] , sino más bien una respuesta del cuerpo ante situaciones de peligro reales o imaginarias[2] . Y porque traigo a colación este concepto, porque ahora mismo estamos en la época en las que los clubs planifican la siguiente temporada ya sea fichando[3] -que ya hablaremos de este tema otro día- o crean la jornada de puertas abiertas[4] . Y es en este preciso cuando aparecen los síntomas de la ansiedad, porque detectan un peligro -real o no- que puede afectar no solo a su futuro inmediato como jugador de baloncesto, sino también a sus relaciones sociales con todos los implicados en el club, sino que además, sino que también, esa rutina a la que se han adaptado y confiado una estructura no solo deportiva sino de organización personal y académica, puede desaparecer.
Esta situación no era habitual hace unos años, se intentaba respetar hasta que se llegaba a los catorce años como mínimo y uno podía desarrollarse como jugador y persona sin estar preocupado por factores externos. Esta situación tiene muchos paralelismos, al menos para mí, con la de muchos trabajadores. Hace ya muchos años uno trabajaba en la misma empresa para toda su vida, podía crearse un plan de vida y no tener que preocuparse en exceso por lo que ocurría fuera de su control. Tampoco nos olvidemos de ese porcentaje nada desdeñable que está en búsqueda de empleo y que pasan los días y no consigue pasar el filtro de la IA que rechaza sistemáticamente su perfil, tiene que leer a expertos diciendo o que no tiene habilidades o que tiene demasiadas habilidades, y las facturas, van acumulándose totalmente indiferentes a la carencia o no de soft o hard skill. Ahora, todos vivimos en un contexto de cortes y cambios continuos que nos lleva a nuestra amiga la ansiedad a presentarse a la puerta de nuestra consciencia sin haber pedido cita previa.
Hay varios elementos que nos ayudan a detectar si estamos siendo atrapados por esta reacción, y son como la fábula del rana -nota de que hervimos la rana- y se van acumulando y como no hagamos nada por reducir el nivel -que droga influye- y generar lo que se puede entender como estres positivo -nota- podemos vernos atrapado en un ataque de ansiedad, que más allá de algún sitcom y mal uso que se puede hacer, es una experiencia realmente dura y traumática que solo se lo recomiendo a algunos políticos y muy bien seleccionados.
Hay dos factores, físicos y psicológicos que nos permiten detectar, ya sea en nosotros o en los demás si este fenómeno no está atenazando. En el aspecto físico el clásico es la tensión muscular, sobretodo en en cuello y hombros. Otra característica es los dolores de cabeza, ya sea en formato cefaleas o migrañas. Si el nivel de ansiedad nos podemos encontrar con taquicardias, sensación de ahogo o dolor en el pecho, sobretodo cuando pensamos en el día siguiente o empezamos la jornada laboral.
Y los factores psicológicos, sin ser exhaustivos, podríamos enumerar los siguientes como la preocupación constante por pequeños detalles o por sucesos imposibles como le ocurre a Abraracúrcix[5] . Pensamientos intrusivos que no puedes controlar y estar siempre esperando el peor resultado, lo cual nos lleva a no tomar decisiones por miedo a equivocarse. Y un síntoma reciente es el uso excesivo del móvil, pero yo creo que más que un síntoma es un reactivo, creo que nos genera más ansiedad lo cual nos hace usarlo como mecanismo de evasión.
Esta situación afecta más a las mujeres que a los hombres, y más a los jóvenes que a los adultos. Es por eso que hemos de cuidar todavía más a los equipos femeninos[6] . Otro tema, es como he comentado, que factores hacen aumentar la ansiedad en estos grupos pero sería otro debate.
Ahora bien, sabiendo estos detalles, ¿como hacemos para reducir la ansiedad? Y la mayoría de estudios apuntan a los hábitos y rutinas que hemos de adquirir, aquí os hago un pequeño listado
Tener un horario estable y regular. Dormir ocho horas, o al menos un sueño de calidad.
Evitar comer alimentos prefabricados, evitar excitantes y comer ligero.
Ten tiempo de calidad con otros seres humanos. Hablar casi por si mismo, si se hace con concentración y foco, ayuda a rebajar síntomas. Como decía uno, los problemas parecen menos una vez los expresas en voz alta.
Descubre que puedes controlar y que no, y descarta todo lo que está fuera de tu alcance.
Son simples consejos, pero que pueden ser de ayuda a la mayoría de todos. Pero insisto, al final, el mayor truco son los dos últimos puntos: hablar y ser consciente de que está en tu mano cambiar y que no. Hemos de dar ese espacio a las personas, ya sean trabajadores o jugadores, para poderse expresar en confianza y explicarles que asuntos quedan fuera de su ámbito y cuales pueden cambiar.
[1] Youtube Ansiedad, de tenerte en mis brazos, musitando palabras de amor.
[4] Entrenos donde todo el mundo puede venir a entrenar para que puedan ver el nivel y compenetración con los jugadores actuales para ver si encajan en la estructura
[5] Jefe de la tribu de Astérix, que siempre temía que se le cayera el cielo sobre la cabeza.
[6] Diferencias de edad y género en la asociación de la salud .